Exploración de Marte
Aquí tengo que poner si quiero una descripción.
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Uno de los mayores retos que enfrentamos en una misión tripulada a Marte radica en cómo hacer descender naves de gran tonelaje a la superficie de ese planeta. Una solución podría consistir en utilizar la retropropulsión supersónica al final de la entrada atmosférica en Marte y, en ese concepto, el magnesio podría jugar un importante papel.
En la pasada entrada contextualizamos el problema de una misión humana a Marte para apreciar la dimensión del desafío que supone. En esta entrada vamos a concretar cómo se plantea hoy en día esta misión.
El estreno de la película ‘Marte’ (The Martian) ha despertado cierta curiosidad acerca de futuros viajes tripulados al planeta rojo. Si bien puede resultar tentador pensar que enviar seres humanos a Marte pueda ser algo plausible a día de hoy, la realidad es que esta empresa constituye un desafío de una enorme dificultad y complejidad.
El Desacelerador Supersónico de Baja Densidad (LDSD) está concebido para probar sistemas de frenado aerodinámico desde velocidades supersónicas (superiores a la del sonido) en la atmósfera de Marte.
La NASA ha anunciado que busca ideas para hacer ciencia o evaluar tecnologías a partir de los ‘pesos muertos’ que transportan y de los que se desprenden algunas sondas aterrizadoras que viajan a Marte, pero ¿cuál es el propósito de llevar en la actualidad peso muerto a Marte y desprenderse de él durante el vuelo?
Los recientes éxitos de los vuelos llevados a cabo por el Desacelerador Supersónico de Baja Densidad y por el cohete lanzador Falcon 9, suponen, a pesar de tratarse de programas inconexos, importantes avances de cara a la exploración de Marte.