Estos días se ha cumplido el 50 aniversario de la misión Gemini 12, la primera misión en la que se consiguió realizar una salida extravehicular de cuerpo entero de forma exitosa y eficiente.
Estos días se ha cumplido el 50 aniversario de la misión Gemini 12, una misión de casi cuatro días lanzada al espacio el 11 de noviembre de 1966 y que fue tripulada por Jim Lovell como comandante y Buzz Aldrin como piloto. (Como posiblemente sepáis, ambos harían historia unos pocos años después: Aldrin como el segundo ser humano en pisar la Luna en el Apolo 11 y Lovell como comandante del infortunado Apolo 13).
Gemini 12 fue el último vuelo del programa Gemini, un programa entre Mercury y Apolo en el que se demostraron técnicas clave para que los vuelos lunares pudieran convertirse en una realidad. En Gemini se volaron las primeras misiones en las que se hicieron maniobras de cambio de órbita y los primeros encuentros y atraques entre naves en la historia de los vuelos espaciales, y fue en este programa en el que se llevaron a cabo las primeras salidas extravehiculares en el lado americano.
Hasta este vuelo, todas las técnicas y pruebas que se habían planeado para Gemini habían sido demostradas y realizadas ya con éxito a excepción de las actividades relacionadas las con salidas extravehiculares, o EVA (del inglés ExtraVehicular Activity), que no se habían conseguido ejecutar de manera satisfactoria. Las salidas extravehiculares eran aún en ese tiempo, como dijo Aldrin, el «bugaboo» del programa, y si algo tiene de especial la Gemini 12 es que fue la primera misión en la que se consiguió realizar una salida extravehicular de cuerpo entero de forma exitosa y eficiente.
Hoy en día vemos a los astronautas haciendo trabajos en el exterior de acuerdo a técnicas y procedimientos ampliamente consolidados, pero llegar a definir todas esas técnicas no fue una tarea obvia ni fácil. Desde que Alekséi Leónov hiciera la primera EVA de la historia, los soviéticos no volvieron a realizar otra hasta 1969. Mientras tanto, en EEUU, Edward White, se convirtió en la Gemini 4 en el segundo ser humano en salir fuera de su nave en el espacio apenas tres meses después de Leónov. En ambos casos, ninguno tuvo como misión realizar ningún trabajo en el exterior, sino solo demostrar la capacidad de salir ahí afuera y sobrevivir.
Hasta la Gemini 12, solo tres astronautas en tres misiones desde la Gemini 4 pudieron llevar a cabo actividades de EVA: Eugene Cernan en la Gemini 9, Michael Collins en la 10 y Dick Gordon en la 11. En lo referido únicamente a actividades extravehiculares, la misión de Collins se pudo considerar un éxito parcial a pesar de las muchas dificultades, pero las otras dos fueron directamente completos fracasos.
En todas las ocasiones, los astronautas experimentaron numerosas dificultades moviéndose y trabajando en el exterior de las naves. Les era difícil mantener la orientación del cuerpo durante los trabajos y los desplazamientos. Al perder el control, sus movimientos tenían caprichosos efectos en el cable umbilical que los unía a la nave, un cable al que apodaban the snake(la sepiente), haciéndolos víctima de una interacción dinámica de la que costaba un gran esfuerzo recuperarse.
El sistema de propulsión mediante una pistola de gas que había utilizado Ed White no parecía ser demasiado eficiente cuando se trataba de efectuar tareas con propósitos específicos más allá de flotar libremente en el espacio. Michael Collins encontró este método de desplazamiento difícil de usar eficientemente. Si se apuntaba de manera ligeramente incorrecta, la fuerza de propulsión generaba un torque en el cuerpo que podía hacer girar al astronauta en sentidos inesperados de los que tenía que recuperarse después con precisión si quería completar su trabajo, algo que se complicaba por el efecto que todo esto tenía en la propia dinámica del cable umbilical.
Otro método para asistir en los desplazamientos y que trataron de usar Eugene Cernan y Dick Gordon fue la Unidad de Maniobrabilidad del Astronauta (AMU, Astronaut Maneuvering Unit). Por razones que serían largas de explicar, estas unidades tenían que ser instaladas en la parte trasera de las naves Gemini, de forma que el astronauta tenía que acceder a esa zona por el exterior de la nave para poder operarlas y ponerlas a prueba, algo que, en sí mismo, era una tarea que podía tornarse excesivamente compleja. Tanto fue así, de hecho, que ni Cernan ni Gordon llegaron nunca a poder usar estas unidades.
Eugene Cernan tal vez vivió la EVA más complicada de todas (https://www.youtube.com/watch?v=W7d4Lxddij4). En ella, su visor se llegó a empañar completamente debido al esfuerzo físico que le supuso tratar de compensar todos los pequeños y grandes desajustes en los que incurría. Aunque consiguió regresar a la nave, la falta de visión complicó aún más en este caso una situación que ya resultaba bastante delicada y arriesgada. Por otra parte, en su vuelo Gemini 11, justo el anterior al de Lovell y Aldrin, Dick Gordon incurrió también en numerosas dificultades que le hicieron acabar su salida extravehicular absolutamente exhausto.
La siguiente Gemini, la 12, era la última misión de este programa y uno de sus principales objetivos fue demostrar de una vez por todas que se podían llevar a cabo EVA de forma segura y eficiente. Hasta entonces se habían ideado técnicas y procedimientos de todo tipo para posibilitar que se pudieran realizar toda una suerte de tareas en el exterior de las naves en el espacio, pero pareciera que el problema de trabajar en el espacio demandara una aproximación aún más creativa. La solución finalmente estuvo en cambiar la manera en la que se venían haciendo los entrenamientos y en el desarrollo de diversos sistemas de sujeción que ayudaran al astronauta a mantener su posición en función de la tarea que tuvieran que afrontar.
Fue en este tiempo en el que surgió la idea de entrenar las actividades extravehiculares bajo el agua en condiciones de flotabilidad neutra con trajes especialmente adaptados. La idea había estado siendo considerada con anterioridad pero se decidió prestarle más atención ante la evidente falta de resultados satisfactorios en el espacio. Hay distintas fuentes que apuntan a que la idea de entrenar bajo el agua nació de Aldrin. Esto no es realmente cierto, y el mismo Aldrin así lo reconoce. Lo que es cierto, sin embargo, es que Aldrin no solo fue un gran impulsor de esta nueva aproximación sino que además contribuyó de forma decisiva a desarrollar y dar forma a muchos de los elementos que debían estar involucrados para realizar actividades extravehiculares de forma eficiente, como el emplazamiento de pasamanos en lugares clave, uso de cables y correas de sujeción, de sistemas de anclaje para los pies, etc. Todos estos elementos se pusieron a prueba y se perfeccionaron en condiciones de flotabilidad nula bajo el agua con resultados altamente satisfactorios. Por primera vez, parecía que el problema de trabajar en el exterior de la nave iba a ser resuelto.
Aldrin pasaba el tiempo bajo el agua trabajando con absoluta facilidad y desplazándose sin dificultad, haciendo conexiones, instalando y desinstalando equipos, o utilizando llaves de torsión sin experimentar problema alguno. Así fue hasta el punto de que un día se sintió absolutamente ridículo haciendo todos aquellos trabajos que ahora resultaban tan básicos y faltos de precisar cualquier destreza o habilidad especial. Pensando que aquellas tareas las podría estar haciendo un mono, durante una de las pruebas, Aldrin emitió un pequeño chillido que fue recibido con asombro por Eugene Cernan, su compañero de entrenamiento ese día. Cernan se volvió preguntándole qué eralo que pasaba, algo ante lo que Aldrin reaccionó dirigiéndole una mirada con desdén a la vez que le decía «cállate y pásame una banana». Ciertamente, las EVA prometían pasar de ser un dolor de cabeza a ser una actividad dominada.
Aldrin realizó tres EVA durante el vuelo del Gemini 12. Dos de esas salidas fueron del tipo standup en las que el astronauta no sale completamente de la nave sino que solamente asoma el cuerpo por la escotilla para realizar algún tipo de trabajo como la instalación o recogida de cámaras o de algún experimento al que puede dar alcance desde esa posición. Este tipo de EVA nunca había sido problemática, al contrario de las EVA de cuerpo entero. La EVA restante que Aldrin realizó fue total. En ella se desplazó sin dificultad a distintas zonas de la nave y al lanzador Agena con el que habían atracado, realizó numerosos trabajos utilizando diversas herramientas poniendo a prueba los elementos que él mismo había probado, ideado o perfeccionado bajo el agua. La EVA de Aldrin fue un absoluto éxito y fue también en gran parte un éxito personal de Buzz Aldrin.
El entrenamiento de las EVA bajo el agua se sigue practicando a día de hoy. En el lado americano, estos entrenamientos se llevan a cabo en el NBL, el Neutral Buoyancy Laboratory, o Laboratorio de Flotabilidad Neutra, situado a pocos kilómetros del Centro Espacial Johnson donde trabajo. Tal vez hablar sobre el NBL pueda ser interesante para alguna otra entrada.
LAS MANIOBRAS DEL PROYECTO GEMINI 12, FORMO PARTE DE UN PROCESO DE AVANCES TECNOLOGICOS Y CIENTIFICOS, COMO PREAMBULO PARA LLEVAR ACABO EL PROYECTO, DE COLOCAR AL HOMBRE EN LA LUNA. EXCELENTE AVANCE. YA QUE ESTAMOS PENSANDO MUCHOS (EN IR, O VER) LLEGAR AL HOMBRE A MARTE.